Fuente/Diario Digital/Por: Juan TH
En noviembre del año pasado Hipólito Mejía tenía menos de un cinco por ciento en las encuestas. Siete meses después esas mismas encuestas lo colocan cerca del 50 por ciento. La tendencia, dicen los expertos, es al crecimiento, contrario a su principal adversario, que de un 98 por ciento que le atribuían sus propias encuestas, ha descendido dramáticamente a un 30 por ciento aproximadamente. Aunque parezca increíble, Hipólito es hoy mayoría dentro del PRD. Se trata de una proeza política que pone de manifiesto su capacidad como dirigente político y su carisma. Subir de un dos por ciento a casi un 50 por ciento en apenas dos o tres meses, marca un hito en la historia política contemporánea. Si la convención para elegir al candidato presidencial del PRD se realizara hoy, Hipólito resultaría ganador ampliamente, a menos que no le hagan igual que a Guido Gómez Mazara y Tony Peña Guaba: ¡Un fraude!
La correlación de fuerzas a lo interno del PRD ha cambiado radicalmente a favor de Hipólito. No sólo lo dicen las encuestas y los sondeos que se realizan en los medios de comunicación, que también están asombrados por lo que ha ocurrido en apenas meses, lo dice la gente en la calle. La “Hipolitomanía” abarca cada vez más sectores dentro y fuera del PRD. Es como una bola de nieve que va creciendo a su paso hasta convertirse en una fuerza brutal que nadie puede detener ni destruir. Hipólito se ha convertido en un huracán político que toma cada día más fuerza provocando el pánico y la desesperanza entre sus enemigos que no entienden ese fenómeno tan poderoso. Hipólito es ya el candidato presidencial del PRD. Lo decidieron las bases de ese partido que de nuevo lo ve como su tabla de salvación en este mar tormentoso, asesino y cruel que es el gobierno de Leonel Fernández y el PLD. Hipólito es ya el líder de la oposición. No hace acuerdos sucios con el gobierno, no vende nada ni compra nada. No tiene cola que le pisen porque siendo presidente de la República ni robó, ni mató. Cometió muchos errores, es cierto, pero con humildad los ha reconocido para no cometerlos otra vez cuando de nuevo sea presidente de la República.
¡Llegó Papá! Es el grito de liberación de las bases del PRD. Es el grito de fe y esperanza de miles y miles de hombres y mujeres que claman por un cambio en la dirección del PRD y en la dirección del Estado.
En los pueblos y en los campos, en las calles y en las fábricas, en los clubes y en los estadios, en todas partes, todos gritan jubilosos: ¡Llegó Papá! ¡Llegó, llegó, llegó Papá! ¡Llegó Papá y pal Palacio va! La consigna nació espontanea de las entrañas del pueblo humilde durante el festival en La Vega. Desde entonces, en todas partes, se escucha ¡Llegó Papá! Hipólito se siente complacido, orgulloso y satisfecho de que la gente lo llamen Papá. Y como tal se siente. Si las encuestas no mentían antes, cuando decían que Hipólito estaba en minoría con menos de un cinco por ciento, tampoco mienten ahora cuando dicen que Hipólito ronda el 50% con una tendencia a continuar subiendo. Ese hecho, terco como suelen ser los hechos, está preocupando, no sólo a las autoridades del PRD, sino al gobierno. Ambos intentarán de cualquier modo, unidos o separados, detener esa bola de nieve que atenta contra su propia existencia. Hipólito es un peligro para los negociantes del PRD y para el gobierno que tendrá que enfrentar a un opositor verdadero, que no tiene miedo, que no tiene cola, que nadie puede asustarlo ni chantajearlo porque es un hombre transparente que actúa de cara al Sol, no en la sombra. Hipólito no quiere un contrato grado a grado en el gobierno, no quiere la Liga Municipal, no quiere la Cámara de Diputados, ni una promesa de impunidad. Hipólito sí quiere ser presidente de la República; Hipólito si quiere volver al poder. Y desde el poder contribuir a solucionar los graves problemas del país, que son muchos y requieren de un hombre honesto y valiente. Es por eso que el pueblo grita, a todo pulmón, ¡LLEGO PAPA!
http://www.diariodigital.com.do/articulo,53892,html
La correlación de fuerzas a lo interno del PRD ha cambiado radicalmente a favor de Hipólito. No sólo lo dicen las encuestas y los sondeos que se realizan en los medios de comunicación, que también están asombrados por lo que ha ocurrido en apenas meses, lo dice la gente en la calle. La “Hipolitomanía” abarca cada vez más sectores dentro y fuera del PRD. Es como una bola de nieve que va creciendo a su paso hasta convertirse en una fuerza brutal que nadie puede detener ni destruir. Hipólito se ha convertido en un huracán político que toma cada día más fuerza provocando el pánico y la desesperanza entre sus enemigos que no entienden ese fenómeno tan poderoso. Hipólito es ya el candidato presidencial del PRD. Lo decidieron las bases de ese partido que de nuevo lo ve como su tabla de salvación en este mar tormentoso, asesino y cruel que es el gobierno de Leonel Fernández y el PLD. Hipólito es ya el líder de la oposición. No hace acuerdos sucios con el gobierno, no vende nada ni compra nada. No tiene cola que le pisen porque siendo presidente de la República ni robó, ni mató. Cometió muchos errores, es cierto, pero con humildad los ha reconocido para no cometerlos otra vez cuando de nuevo sea presidente de la República.
¡Llegó Papá! Es el grito de liberación de las bases del PRD. Es el grito de fe y esperanza de miles y miles de hombres y mujeres que claman por un cambio en la dirección del PRD y en la dirección del Estado.
En los pueblos y en los campos, en las calles y en las fábricas, en los clubes y en los estadios, en todas partes, todos gritan jubilosos: ¡Llegó Papá! ¡Llegó, llegó, llegó Papá! ¡Llegó Papá y pal Palacio va! La consigna nació espontanea de las entrañas del pueblo humilde durante el festival en La Vega. Desde entonces, en todas partes, se escucha ¡Llegó Papá! Hipólito se siente complacido, orgulloso y satisfecho de que la gente lo llamen Papá. Y como tal se siente. Si las encuestas no mentían antes, cuando decían que Hipólito estaba en minoría con menos de un cinco por ciento, tampoco mienten ahora cuando dicen que Hipólito ronda el 50% con una tendencia a continuar subiendo. Ese hecho, terco como suelen ser los hechos, está preocupando, no sólo a las autoridades del PRD, sino al gobierno. Ambos intentarán de cualquier modo, unidos o separados, detener esa bola de nieve que atenta contra su propia existencia. Hipólito es un peligro para los negociantes del PRD y para el gobierno que tendrá que enfrentar a un opositor verdadero, que no tiene miedo, que no tiene cola, que nadie puede asustarlo ni chantajearlo porque es un hombre transparente que actúa de cara al Sol, no en la sombra. Hipólito no quiere un contrato grado a grado en el gobierno, no quiere la Liga Municipal, no quiere la Cámara de Diputados, ni una promesa de impunidad. Hipólito sí quiere ser presidente de la República; Hipólito si quiere volver al poder. Y desde el poder contribuir a solucionar los graves problemas del país, que son muchos y requieren de un hombre honesto y valiente. Es por eso que el pueblo grita, a todo pulmón, ¡LLEGO PAPA!
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