La verdad es que son sobradas las razones para apoyar a Hipólito Mejía. La primera de ellas es que no dejó dudas durante el ejercicio de su mandato de que es un hombre de una inmensa vocación democrática. Una muestra de ello es que gobernó sin predilecciones, sin favoritos, otorgando su cuota de poder a cada sector del perredeismo o es que ¿acaso existe algún dirigente de ese partido que no recibiera la recompensa del trabajo político realizado?. Como consecuencia de esto, todos los sectores a lo interno de su partido se sintieron tomados en cuenta por el gobierno. Bien lo decía: "Gobernaré para todos, sin olvidarme de los mios".
Otra razón de mucho peso es su condición de hombre agradecido. ¿Cuándo no honró Hipólito Mejía la memoria de José Francisco Peña Gómez?. Muchos de los cargos otorgados durante su gestión de gobierno fueron la consecuencia de un compromiso antes establecido por José Francisco Peña Gómez. Hipólito Mejía siempre respetó la figura de Peña Gómez.
Durante su gobierno se le marchó de frente a la corrupción, las muestras se encuentran al alcance de nuestra vista en la Cárcel de Najayo. ¿Acaso alguien puede aportar algún dato que de muestras de algún otro gobierno durante los últimos 20 años que haya emprendido alguna acción judicial de semejantes magnitudes?. Recordemos que incluso la Cárcel de Najayo recibió como huésped a alguno de sus funcionarios. Rafael Hipólito Mejía Domínguez es un hombre serio, que no anda con blandenguerías y sin duda con un elevado sentido de la responsabilidad.
Del tema de la seguridad ciudadana ni hablar. Estábamos y nos sentíamos más seguros con él. La delincuencia común, el crimen organizado y el narcotráfico estaban controlados. Pero esto no fue por amor al arte. No ha existido durante los últimos años un gobierno que haya proporcionado más recursos a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional para la Seguridad y la Defensa de la nación. No olvidemos que él mismo se cataloga de ser un "Guardia Frustrado".
La posición asumida por Hipólito Mejía en el pasado proceso convencional del PRD, en contra de la dedocracia, de las reservas y del sectarismo político, dan claras muestras de su intrínseca convicción de que el libre ejercicio de la democracia es la mejor salida a los conflictos internos. Hipólito Mejía es un demócrata a carta cabal y a tiempo completo.
Pudiéramos seguir emitiendo juicios, arguyendo razones, pero tenemos el firme convencimiento de que mientras otros tratan de tomar para sí todas las cartas, Rafael Hipólito Mejía Domínguez, con su gracia natural, con su encanto, acompañado de su ángel, de su carisma, de su entrega y dedicación al trabajo político, ocupará el sitial que le corresponde, más temprano que tarde.
Hipólito Mejía recorre todo el país. Ciudades, municipios, secciones, parajes, caminos, senderos. Es incansable. Conecta fácil con la gente. Con esa gente que lo hizo Presidente de la República en el año 2000 y que hoy lo recibe cálidamente bajo la consigna de Llegó Papá!!!.
